La Iglesia sigue las trazas dadas por el arquitecto jesuita Giuseppe Valeriani en 1577. Ese mismo año se puso la primera piedra, pero las obras de explanación del solar, dirigidas por Juan de Gogorza, se detuvieron al poco tiempo y no volvieron a reanudarse hasta 1582, bajo la dirección del arquitecto Andrés Ruíz, también jesuita. En ese mismo año y de nuevo en 1585, el arquitecto real Juan de Herrera fue consultado para revisar y corregir las trazas de Valeriani y dar el proyecto definitivo que hoy podemos ver, pues las obras documentadas hasta 1588 y las que se contrataron en ese año con Ruiz y Gogorza (para construir la fachada principal y la nave hasta el crucero) coinciden con el edificio actual. En 1592 dejaba la dirección de obra Andrés Ruíz, poniéndose al frente de la misma Diego de Matienzo, y a la muerte de éste en 1594, su yerno Diego de Sisniega. En ese momento estaba ya construido el crucero, parte de las capillas y casi toda la fachada. En 1603 dirige las obras Pedro de Brizuela, llevando a cabo la decoración de las bóvedas y la apertura lateral mediante vanos termales. En 1606, antes de que las obras estuviesen completamente terminadas, ya se realizaba el culto en la iglesia desde que se trasladase allí, desde el antiguo colegio, el Santo Sacramento. Por entonces estaba toda la fábrica levantada excepto la capilla mayor y el campanario del muro del crucero, obras realizadas por Francisco Gutiérrez de la Cotera entre 1639 y 1641. En 1645 comenzó el adoquinado delante del Colegio de la Compañía.
El resultado fue una armoniosa iglesia de cruz latina inscrita en un rectángulo, con un eje longitudinal de cuatro tramos y otro transversal de transepto con crucero, y presbiterio profundo de testero plano. A cada lado de la nave se labraron cuatro capillas hornacinos y una amplia tribuna a los pies, siguiendo fielmente el modelo jesuítico establecido desde 1568-1573 por Jacopo Barozzi da Vignola en el Gesú de Roma. En alzado, los soportes se presentan en forma de pilares con pilastras adosadas tanto en los arcos torales como en los formeros. El entablamento es corrido, rompiéndose tan sólo en el tramo del crucero y la cubrición se realiza a base de arcos de cantería descubierta de medio punto y bóvedas de medio cañón con lunetos, presentando una decoración geométrica muy plana. El cierre del crucero se lleva a cabo por medio de una cúpula de media naranja ciega, soportada sobre pechinas y dividida en ocho cascos. El sistema de iluminación se efectúa por medio de amplias ventanas termales. Según esta articulación interna se dispone el exterior, con un sistema de contrafuertes prismáticos aletonados.
jueves, 3 de marzo de 2011
jueves, 24 de febrero de 2011
jueves, 17 de febrero de 2011
La leyenda del acueducto de Segovia
Hace ya mucho tiempo una niña vivía con su abuelo cura en Segovia. La niña salía todos los días muy temprano de casa para llenar un cubo de agua de una fuente cercana. La niña ya estaba cansada de su ardua tarea por eso pidió al diablo un acueducto para transportar el agua, acambio ella le daría su alma.El diablo se le apareció en ese mismo instante y aceptó el trato.
La niña corrió a contarselo a su tío, el cura le dijo al diablo que se le apareciera para hacer un trato,éste se apareció al insante. El cura hablo con él y llegaron al acuerdo de que si no era capaz de construir el acueducto antes del amanecer dejaría su alma y la de su sobrina.
El cura pasó toda la noche rezando a la virgen para que les ayudase.
Solo le faltaba al diablo una piedra por poner, ya se encaminaba hacia el hueco que tenía que cubrir pero en ese mismo instante el primer rallo de sol iluminó la noche y el demonio perdió su apuesta y se fué.
El cura dió gracias a la virgen por el milagro que había obrado.
Por eso en el hueco que queda vacío se colocó una estatua de la virgen.
La niña corrió a contarselo a su tío, el cura le dijo al diablo que se le apareciera para hacer un trato,éste se apareció al insante. El cura hablo con él y llegaron al acuerdo de que si no era capaz de construir el acueducto antes del amanecer dejaría su alma y la de su sobrina.
El cura pasó toda la noche rezando a la virgen para que les ayudase.
Solo le faltaba al diablo una piedra por poner, ya se encaminaba hacia el hueco que tenía que cubrir pero en ese mismo instante el primer rallo de sol iluminó la noche y el demonio perdió su apuesta y se fué.
El cura dió gracias a la virgen por el milagro que había obrado.
Por eso en el hueco que queda vacío se colocó una estatua de la virgen.
jueves, 10 de febrero de 2011
Recorrido del Acueducto de Segovia
El Acueducto de Segovia es la obra de ingeniería civil romana más importante de España y uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de los que dejaron los romanos en la península Ibérica. Se trata probablemente del símbolo más importante para los habitantes de Segovia, hasta el punto de figurar en su escudo.
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